Según el diccionario de la lengua española, la belleza es: “Propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas”. El equipo del que voy a hablar no se considera una propiedad que existe en la naturaleza, ni una obra literaria escrita por el mejor autor, pero si que le considero una obra artística, un obra que pertenece al arte más popular, el fútbol. Perdonen por la exageración pero el Tottenham, por lo menos a mí, me infunde tal deleite espiritual que llega al grado de otro equipo que ha hecho historia en esto del fútbol, el Barcelona. Perdonen por la exageración de comparar a los Culés con los Spurs, en parte porque ningún equipos se puede comparar con otro, y si encima hablamos de comparar al Barça con otro equipo, menos comparable resulta. Pero tal es la admiración que siento por el equipo de Redknapp y por el propio manager, que ha hecho convertirme en un adicto a la escuadra de White Hart Lane.
El buen juego del Tottenham está acompañado de buenos resultados, 13 victorias, 42 puntos, a tan solo 3 puntos del United, segundo clasificado, y a 6 puntos del “Imparable” City. Todo esto con un partido menos. Un cúmulo de circunstancias hace que confiemos en este equipo del norte de Londres: sus buenos resultados, ser la única alternativa a los dos equipos de Manchester, la vistosidad de su juego asociativo, su apoyo por el juego bonito dándole los mandos de la nave a la pareja de mediocentros Modric-Parker… Un equipo que da gusto verlo en definitiva, un equipo que ha sorprendido a propios y extraños.
Quizás el buen juego y los buenos resultados de los Spurs se basan principalmente en los tres jugones del equipo y en su estrella: Modric, Parker, Van der Vaart y Bale. Lo primero es renunciar al clásico mediocentro destructor, en parte por la llegada de Parker. Dos mediocentros, uno como el clásico mediocampista inglés, elegante en su juego y seguro en el pase; el otro mediocentro, Modric, mediocampista con alma de mediapunta, se quiso ir en verano pero al no alcanzar su fichaje con el Chelsea , se quedó en White Hart Lane, y ahora realiza las delicias de la hinchada Lilywhite. Por delante de ellos está el otro jugón, Van der Vaart, pone la calidad y el último pase. Un trío que sin duda se podría considerar uno de los pilares del buen estado de forma del Tottenham. Otro de los pilares de los de Redknapp es su mayor arma ofensiva y su gran estrella, Gareth Bale. Sus inicios como lateral zurdo en el equipo Spurs le hicieron saltar a la fama como uno de las mayores promesas, pero Redknapp le fue adelantado la posición y con sus cabalgadas, hizo que la mayoría de los equipos europeos le apuntaran en sus agendas de refuerzos. En esta temporada se está proclamando como uno de los mejores jugadores de esta Premier, y como uno de los mejores interiores-extremos europeos. Otro de los pilares que destacaría son los dos laterales: Walker y Assou-Ekotto. Sus subidas constantes, en muchas ocasiones las realizan a la vez, hacen que este Tottenham sea mucho más profundo por bandas. La llegada de Walker a la banda derecha y la de Parker al centro de operaciones han hecho que los Spurs se hayan convertido en un equipo mucho más temible que el de la anterior temporada. Además, tampoco querría olvidarme de Adebayor, un delantero que se complementa a la perfección con los buenos jugadores Lilywhites y que aporta mucho a la escuadra del norte de Londres.
Este es el tercer clasificado de la Premier, un equipo que hace que la Premier sea mucha más vistosa en su juego, y aporta emoción a la lucha titánica de los dos equipos de Manchester.
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