A estas alturas todos sabemos el potencial del Chelsea, un equipo temible tanto en Inglaterra como en Europa, pero tras la llegada del dragón Villas-Boas se convierte en un equipo no solo temible por su potencial individual sino por el juego asociativo que intentará inculcar a sus alumnos. Sea como sea, es que el Oporto gustó por su forma de combinar, y el Chelsea contrata a un entrenador con hambre de más títulos y amante del buen fútbol. Nada más llegar dejó claras sus intenciones diciendo: “McEachran es un jugador muy especial”. Y es que AVB no se equivoca, McEachran es el jugador que cualquier entrenador quedría tener en su equipo, con calidad, pase, visión de juego… un sinfín de ventajas para el juego que quiere AVB en su Chelsea. Después se conoció que el Chelsea había fichado a Oriol Romeu, ex-jugador del Barcelona B que lleva en su sangre la filosofía de Cruyff y de Guardiola. Más tarde, AVB fichaba a Lukaku, el que dicen que es el “nuevo” Drogba (las comparaciones nunca son buenas). El luso dejaba tres cosas claras, iba a apostar por la juventud, por la calidad y por el juego combinativo. Más allá, que McEachran y Romeu vayan a ser o no titulares, el elenco de mediocentros del Chelsea estaría formado por los Lampard, Essien (lesionado de larga duración), Ramires, Obi Mikel, Benayoun… y si se le añade a Modric…
Hablando de Modric, es un tema que Villas-Boas debe resolver, o mejor dicho, es un jugador que tiene que fichar. El caso del croata se ha enquistado y parece que en algunos momentos está resuelto pero que en otros parece un fichaje imposible. El jugador del Tottenham Hotspurs pidió el “transfer request” pero parece que el tema se ha enterrado tras el inicio de la Barclais Premier League. Y es que AVB no es tonto, Modric sería un jugador idóneo para el centro del campo de los de Stamford Bridge, pero lo bueno siempre cuesta.
Este año el Chelsea de Abramovich no ha fichado a ningún jugador por un precio descomunal, porque el gran fichaje de este Chelsea se queda en el banquillo dirigiendo una orquesta que parece desafinada pero que Villas-Boas hará que suene como la mejor sinfonía jamás tocada en Europa.
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